(Entrada migrada del antiguo blog)

El pasado Viernes 21 de Abril, nuestro plantel atestiguó, una vez más, el despotismo y autoritarismo de unos cuantos pseudoestudiantes (algunos cobardemente encapuchados), que atentando en contra de la democracia y (aún peor) de la libertad, impidieron (por medio de la fuerza) que la C. Patricia Mercado ingresara al plantel con el único fin de presentar y debatir sus ideas y propuestas de una manera respetuosa y pacífica.

Independientemente de las preferencias políticas y de manera apartidista, manifestamos un rotundo rechazo a este tipo de prácticas que denigran el espíritu universitario y ensucian la imagen del CCHero, eso sin contar el atropello que hacen a nuestros derechos como Universitarios y como (futuros) Ciudadanos.

Ante todo esto nos preguntamos: ¿Cuánto más va aguantar la comunidad? Durante años los estudiantes hemos sido testigos de todos los atropellos y mentiras que, desde su trinchera en el ‘E’, este grupo ha cometido en contra de la Universidad y de su comunidad, misma comunidad de la que se autonombran defensores, a pesar de que en la práctica hacen todo lo contrario.

¿Acaso no tenemos derecho a decidir si creemos o no en la democracia? Si ellos piensan que la elección popular y la democracia no son mas que un fraude, están obligados a defender su postura por medio de argumentos y verdades, no mediante golpes e insultos. Todos tenemos el derecho y la capacidad de decidir si asistimos o no a las casillas este 2 de julio, y ellos no son nadie para imponernos su forma de pensar, ya que si están tan seguros de lo que dicen, debieron permitir la entrada a Patricia mercado y debatir con ella, de manera tal que nos convencieran de creer en sus “ideales”.

¿Cuántas veces han dicho que las puertas de la Universidad deben estar abiertas a todos? Entonces, ¿por qué ellos las cierran a quienes su reverendo capricho se les antoja? ¿Acaso sólo pueden entrar los que ellos quieran? ¿Acaso únicamente pueden entrar los que a ellos les convengan? Y peor, ¿acaso sólo se pueden expresar las voces que están a su favor? ¿No es esto un acto de autoritarismo? ¿No es esto privar a la universidad de su carácter público y a todos nosotros de nuestro derecho a informarnos?

Es por eso por lo que estamos indignados, no porque se le haya impedido la entrada a Patricia Mercado, sino porque se nos impidió expresarnos, se nos impidió que decidiéramos y que nos informáramos, se nos violaron nuestros derechos fundamentales.

Ya no es sólo cuestión de votar o no votar, ahora es cuestión de decidir si realmente podemos seguir aguantando a estos sujetos que lo único que saben hacer es fumar mota, vender dulces, mentar madres, reprobar, destruir, saquear y parar al colegio.

No importa que la mona se vista de seda, mona se queda. ¿Acaso creen que con sus campañas de ‘Cuida a los animales’ van a limpiar su poca imagen? Así salven a las focas canadienses, siempre sabremos que en el fondo no hacen otra cosa mas que destruir el Honor Universitario y defender sus mezquinos intereses, pues bajo la consigna de que “defienden nuestros derechos”, sólo buscan validar sus actos y su hueva, pues ¿a quién le conviene tener más sabatinos, a ellos que deben mas de 20 materias o a nosotros que debemos 1 o 2?

Es lamentable que en la UNAM y en México la voz de unos cuantos valga más que la de muchos otros, es reprobable que sólo porque cinco mentirosos gritan y pegan, los demás, los que sí hablamos y sí dialogamos con la verdad no seamos escuchados.

¡No podemos seguir apoyando a estos grupos porque se dicen estar en contra del sistema, cuando en realidad no son mas que anarquistas sin sentido, pues ni esa ideología saben defender!…, y no la saben defender porque en realidad no creen en ella, porque no la conocen, porque sólo la usan para escudar su vandalismo y hasta a veces su fascismo.

Pero en fin, la decisión es tuya, puedes seguir creyendo en ellos (léase borregada) o puedes empezar a cuestionarlos, a preguntarles y dudar de sus palabras, pero eso sí, con mucho cuidado, ya que cuando les caes en la movida, se ponen muy, muy agresivos.

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