El Scouter finalizó su particular explicación del significado de la Flor de Lis: “[fusion_builder_container hundred_percent=”yes” overflow=”visible”][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=”1_1″ background_position=”left top” background_color=”” border_size=”” border_color=”” border_style=”solid” spacing=”yes” background_image=”” background_repeat=”no-repeat” padding=”” margin_top=”0px” margin_bottom=”0px” class=”” id=”” animation_type=”” animation_speed=”0.3″ animation_direction=”left” hide_on_mobile=”no” center_content=”no” min_height=”none”][…]Las estrellas simbolizan nuestro gusto por los campamentos. Oh, y la agujita de en medio indica el camino correcto a seguir.” ¡puff!… Si así como explicó la insignia representativa del movimiento Scout a sus Rovers, explica la vida a sus hijos, no es de sorprender que estos terminen adorando a una virgencita pseudobilingüe que se vende como baratija en las tiendas de souvenirs y papelerías, o que crean que el lábaro patrio únicamente existe para distinguir a los jugadores de uno y otro bando en un partido de fútbol.
Me niego a aceptar que el Escultismo también ha pasado por la “guillotina” de la sociedad de consumo que, enamorada del pensamiento superficial y del discurso ramplón y frívolo, se empeña en sustituir los símbolos por logotipos, las divisas por eslóganes y los héroes por marcas registradas.
La Flor de Lis Scout no es producto de una mente caprichosa, ni resultado del bastidor de un diseñador gráfico educado en la lógica de vender. Su forma y sus elementos fueron perfectamente ideados por Baden Powell (BP), que siendo el hombre brillante que fue, supo dotar al escultismo de un marco ideológico de primera categoría. Los Scouts estamos obligados a, cuando menos, intentar interpretar más allá de lo obvio el mensaje que los símbolos escultas nos transmiten, pero siempre procurando no caer en la ficción. Motivo por el cual, hoy compartiré las reflexiones a las que me llevó una conversación realizada hace bastante tiempo con un gran y ya entonces viejo Scouter (que hoy monta guardia en el campo del reposo y la dicha), con la intención de fomentar la reflexión y la discusión.
Debo advertir que agotar todo el simbolismo que implica la Flor de Lis requeriría alargar desmesuradamente el post, así que me limitaré a unas breves palabras de cada elemento esperando abordar todos de forma individual posteriormente.
El contexto histórico-cultural
Puede parecer innecesario pero como me he encontrado con muchas aberraciones, considero prudente señalar que “Flor de Lis” se debe escribir con “s” y no con “z”, porque es un galicismo, pues proviene de “Fleur de lis”; aunque debería traducirse como “flor de lirio”, dado que podemos rastrear el uso simbólico de la flor de lirio en civilizaciones muy distantes en el tiempo y la geografía, resulta conveniente usar el derivado francés porque nos remite al ámbito cultural del cual la tomó el fundador, y evita que le adjudiquemos significados importados de otras tradiciones y culturas.
Por ejemplo, en el antiguo Egipto la flor de lirio estaba relacionada con la diosa Isis y con la fecundidad. En Grecia era símbolo representativo de Iris, la mensajera de los dioses. Incluso en la cultura Maya hay referencias a Omexóchtil “la flor del atardecer”, vinculada al dios Quetzalcoatl.
Si bien existe la probabilidad de que Badén Powell (hombre instruido y educado) conociera estos y otros significados asociados a la flor de lirio, debemos considerar que “lirio” se refiere a varias decenas de plantas diferentes, así que lo más prudente al abordar la Flor de Lis Scout es limitarnos al contexto histórico-cultural propio del fundador. Por lo tanto, también las interpretaciones y significados que algunos católicos forzadamente le han querido adjudicar a la Flor son erróneos: Badén Powell era protestante, así que el uso de una flor de lirio en la Biblia Vulgata, la Trinidad o la Virgen Maria poco o nada tienen que ver con la insignia Scout.
Más cercano a la tradición Scout, aunque no determinante, es el uso que la flor de lirio recibió en la nobleza inglesa y particularmente en la francesa. Según una de las tantas leyendas que hay al respecto, en el momento de su bautismo un ángel regaló a Clovis, rey Merovingio de los Francos del 481 al 511 D.C., un lirio de oro como símbolo de la aceptación divina de su mandato y por lo tanto de la ratificación de su legitimidad como rey.
Otra leyenda más secular cuenta que durante la batalla de Vouillé (librada en el año 507) el rey Clovis y sus tropas supieron dónde cruzar el río Loira siguiendo los lirios en el agua, de los cuales el soberano tomó uno y lo colocó en su casco, justo antes de la victoria, lo que le motivó para utilizar la flor de lirio como símbolo real.
Posteriormente, en el siglo XIV, el marinero Flavio Gioja incorporó el diseño de flor de lis para señalar el norte en los mapas. Se dice que lo hizo para agraciar al rey Carlos I de Sicilia y Nápoles, cuya familia, emparentada con Luis VIII de Francia, tenía en su escudo varias flores de lis.
Curiosamente, el primer uso que Baden Powell le dió a la flor de lis fue en 1898, cuando servía como instructor en la India del 5to regimiento de Húsares, cuerpo militar especializado en reconocimiento y exploración del territorio enemigo (en todos lados ser de reconocimiento siempre es lo más duro). Se supone que al finalizar el entrenamiento, los soldados eran sometidos a una difícil prueba de reconocimiento, los que la superaban satisfactoriamente eran condecorados con el titulo de “scouts” (Exploradores), y podían portar en su uniforme una flor de lis que los distinguía como tales.
Después, en 1907, durante el campamento fundacional del movimiento en Brownsea, Baden Powell utilizó la Flor de Lis para distinguir a los guías de patrulla del resto de los Scouts. Los guías portaban la Flor en sus sombreros, de forma muy parecida a como se supone lo hizo el rey Clovis mil cuatrocientos años atrás.
El contenido simbólico
Podemos suponer, sin forzar demasiado la imaginación, que Baden Powell decidió condecorar a sus “exploradores” hindúes con una flor de lis inspirado en la ‘moda’ (iniciada por Gioja y seguida por la corona inglesa) de señalar el norte de los mapas con una flor. Hay pues, un vínculo lógico entre un símbolo usado ampliamente en mapas y el cuerpo especial entrenado por BP. Sin embargo, ¿a qué se debe que el movimiento esculta recibiese el nombre de “Scouts”? En sentido estricto las funciones de un scout indú y un Scout del movimiento son muy distinta.s ¿No habría sido posible nombrar a los integrantes del movimiento como Knights (caballeros), Youths of her Majesty (los jóvenes de su majestad) o algo parecido? ¿Por qué BP eligió denominarnos Scouts y usar al mismo tiempo el símbolo que usó para sus “exploradores” militares?
Tratar de dilucidar motivaciones en las acciones de otros es una difícil tarea que no asegura un adecuado resultado, pero en este caso, al menos nos permite acercanos a un interesante párrafo escrito por Baden Powell en la octava fogata de Escultismo Para Muchachos:
”Los exploradores son hombres que van a la vanguardia abriendo camino en la selva o en cualquier otro lugar agreste para los que vienen detrás.”
Resulta evidente que, a diferencia de los scouts entrenados por BP, los Scouts no andamos por el mundo preparando puentes y caminos para el paso de tropas militares con la intención de ganar la guerra. En lugar de eso, nuestra misión es la de construir un mundo mejor con la intención de que las siguientes generaciones puedan gozar de él; para que anden a partir de los pasos que nosotros ya dimos con la voluntad de seguir mejorando la condición de la Humanidad.
Desde luego, asumir una misión de esta enorme envergadura exige necesariamente el ejercicio continuo de una de las tres virtudes Scout: LA ABNEGACIÓN, el voluntario sacrificio y renuncia que se hace de manera desinteresada a favor de una causa superior a uno mismo, en este caso, a la causa de la Humanidad.
Sin el marco ideológico otorgado por Baden Powell, el escultismo no sería más que un club (un tanto snob) de campistas y excursionistas que disfrutan despreocupados de un cómodo campamento en algún balneario con caldera, limitándose holgadamente a perpetrar las injusticias y carencias que padece la Humanidad sin inquietarse siquiera por el futuro de los que aún no nacen. De ahí la importancia de comprender lo que nos dice la Flor de Lis, pues en ella está expresado lo que significa ser scout.
No basta con decir que los pétalo
s inferiores de la Flor (en posición y no en prioridad) representan las tres virtudes Scout: LEALTAD, ABNEGACIÓN y PUREZA. También hay que comprender que la Lealtad es más que la fidelidad a las personas que nos rodean o a la nación. La LEALTAD implica la defensa y respeto sincero de nuestros principios, ideales y causas.
La PUREZA va más allá del simple “buen comportamiento y pensamiento”. La condición de ‘puros’ nos la da estar exentos de todo aquello que impide o cambia nuestra verdadera naturaleza (la naturaleza del ser). Así, todo lo que atente contra la dignidad humana es también contrario a la filosofía Scout; por eso la defensa de la Justicia y los Derechos Humanos es un pilar inapelable en el movimiento.
Ninguna filosofía de vida estaría completa sin enunciar sus principios fundamentales, es decir, aquellas normas que se consideran ‘máximas’ y de carácter ‘universal’, y mediante las cuales se orienta el pensamiento y acción de las personas con la intención de dar sentido trascendental y dirección a su existencia. Es por ello que en los pétalos superiores de la Flor están representados los tres Principios del Scout: DIOS, PATRIA y HOGAR.
Aunque los deberes para con DIOS varían de una religión a otra, en general podemos afirmar que el primer deber es reconocer la naturaleza y acción divina en el universo y en nosotros mismos, respetarla tanto en la naturaleza como en las otras personas y no atentar jamás en contra de ella. Además, debemos actuar en congruencia con los valores y preceptos que nuestra particular religión profesa (el escultismo respeta todas las creencias y ritos). Para hacerlo es fundamental acercarse a nuestra fé, conocerla y comprenderla con la intención de ratificarla o cambiarla. Un Scout no debe andar por el mundo diciéndose partidario de una religión sin conocerla ni ejercitarla. Resultan lamentables las personas que, escudándose en el pretexto de: “yo me voy por la libre” o “no hay que ser tan ortodoxos”, intentan justificar su total desconocimiento del rito que aseguran profesar.
El primer deber para con la PATRIA es el de ser un ciudadano ejemplar, porque la Nación es necesaria para nuestra existencia, nuestra seguridad y bienestar, pues en ella están todos nuestros lazos afectivos y seres queridos. La buena ciudadanía exige el conocimiento y cumplimiento cabal de la ley, así como una participación activa en la esfera pública: un Scout jamás debe ser indiferente a las causas y movimientos sociales. La Patria demanda que la protejamos tanto de las amenazas externas como internas sin importar si el origen de éstas es humano o natural (huracanes e inundaciones, por ejemplo), y que trabajemos continuamente para engrandecer la nación, sin olvidar que también hay que satisfacer deberes para con la causa de la Humanidad.
No debemos malinterpretar el HOGAR como casa. La palabra “casa” refiere exclusivamente al lugar físico donde se habita. El Hogar en cambio nos remite a la sensación familiar de paz y seguridad. Al conservar y desarrollar nuestro HOGAR de manera sana, estamos también cumpliendo con parte de nuestros deberes para con DIOS y la PATRIA, pues en el HOGAR está la base de todo lo demás.
Ya que en el texto en inglés Baden Powell utiliza “themselves” (a sí mismo) al referirse al principio que correspondería, según el esquema latino, al HOGAR, también podemos interpretarlo como los deberes para con “NOSOTROS MISMOS”.
Así como un paramédico no puede realizar su noble labor sin la preparación adecuada y las condiciones apropiadas, el Scout no puede cumplir sus deberes para con DIOS y la PATRIA si él mismo no está preparado, dispuesto y atento. Conocedor de que las buenas intenciones no bastan para cambiar y mejorar el mundo, Baden Powell expresó la divisa del movimiento como: SIEMPRE LISTOS PARA SERVIR. Por muy bien intencionado que sea un hombre, si no sabe manipular un extintor o controlar sus miedos, jamás será de utilidad al enfrentar un incendio.
Reconocer que en nosotros mismos está nuestro HOGAR es aceptar que debemos cuidarnos y desarrollarnos. Es afirmar que no importando el lugar del mundo dónde vaya, estarán conmigo todo lo que necesito, pues mi hogar lo llevo a cuestas. En él están mis principios y valores, mis seres queridos y mis ilusiones, por ello lo cuido y protejo. Un Scout debe ser una persona saludable ya que debe estar siempre listo para servir.
Tanto las Virtudes como los Principios se encuentran alineados de forma tal que el pétalo representativo de DIOS concuerda con el de ABNEGACIÓN; el de PATRIA con el de LEALTAD; y el de HOGAR con el de PUREZA.
Los pétalos están agrupados por un anillo el cual nos recuerda que tanto Principios como Virtudes son un sólo conjunto, por lo que no se puede cumplir con los deberes para con DIOS sin cumplir también con la PATRIA o el HOGAR, ni a la inversa; que sin ejercitar las Virtudes tampoco podemos satisfacer nuestros deberes, ni al revés.
El anillo indica la Hermanad que genera aceptar la filosofía Scout, y el innegable hecho de que cumplir nuestros deberes sólo es posible con la compañía de otros, por lo que debemos evitar que “themselves” se pervierta en egoísmo. Nuestro desarrollo y crecimiento personal debe estar dirigido por la lógica del servicio y no del egocentrismo.
Reforzando el elemento de la Hermandad, una cuerda circunda la Flor de Lis para recordarnos que el movimiento es mundial, y en él todos tienen cabida. El escultismo no es una secta, para ingresar basta con aceptar la filosofía que el movimiento promueve.
Los cabos de la cuerda están unidos por un nudo de trabajo, que simboliza el esfuerzo diario que requiere nuestro movimiento para consolidarse y continuar con su misión de mejorar el mundo.
Un amigo mío, que curiosamente no es Scout, me dijo que el nudo de trabajo visto desde arriba le recuerda a dos personas que, reconociéndose mutuamente, se saludan cruzando los brazos. No pertenece oficialmente al significado de la Flor pero me gustó su observación y por eso la comparto.
Dos estrellas acompañan a la Flor, suman en total diez picos, y cada uno de ellos nos remite a un artículo de la LEY SCOUT, que en su totalidad nos da un marco ético por el cual regir cada una de nuestras acciones.
Las estrellas también representan la VIDA AL AIRE LIBRE. Es importante entender que esto no significa “nuestro gusto por los campamentos”. ¡Cualquier idiota puede comprar una tienda en el súper y prender una fogata cada fin de semana, y no por ello vive al aire libre!
Agregar “al aire libre” a nuestra forma de vida requiere no sólo poseer un conocimiento técnico especializado (campismo, cabullería, orientación, etc.), también es practicar una actitud de reconocimiento activo de la belleza de la Naturaleza y de su condición divina (art. 6 de la Ley Scout). Es relacionarse con el medio en un plano de igualdad y respeto, pues la obra de dios comprende por igual al Hombre y a la Naturaleza.
Baden Powell señaló en Escultismo para Muchachos que todo buen Scout debe ser también un gran observador. Observar y comprender la Naturaleza nos deja valiosísimas lecciones de vida con gran utilidad para conocernos a nosotros mismos, y construir a partir de ello nuestra felicidad; la Vida al Aire Libre (VAL) es también contemplación.
Inclusive, hay una lección práctica que todo Scout experimentado sabe: “cargar en la mochila sólo lo necesario”. No sé ustedes pero eso me enseñó que sólo debo poseer aquellas cosas que necesito, y que, cómo en realidad son pocas, debo valorar su calidad y utilidad antes de comprarlas.
Un Scout no puede ser un consumista desenfrenado que adquiere bienes en un inútil esfuerzo por llenar sus propios vacíos espirituales y afectivos. La práctica del escultismo enseña que en la Vida al Aire Libre las personas no se miden por sus propiedades sino por sus valores y capacidades. Por lo tanto, las estrellas en la Flor no se refieren únicamente a las excursiones y campamentos; la Vida al Aire Libre incluso se ejercita en la ciudad.
Finalmente, y agradezco que leyeras todas estas páginas, abordaré la aguja que señala el norte y que atraviesa el pétalo central de la Flor. Se dice que, así como la brújula señala siempre el norte, el Scout debe ser capaz de “seguir el camino recto”, lo cual es una explicación plausible pero limitada.
Hay dos problemas con esta explicación, el primero es la enorme ambigüedad de las palabras “camino recto”, y el segundo es el hecho de que una brújula sólo marca el norte magnético (hay dos nortes: el magnético y el geográfico) por lo que, en manos inexpertas, no sirve para absolutamente nada. Por ejemplo, saber que al frente de mi hay una paletería no me sirve para nada si lo que quiero es ir a la panadería. En cambio, si sé que a la derecha de la paletería hay una panadería, sí que me resulta útil un “detector” de paleterías (perdón por usar un ejemplo tan burdo 😛 )
La función de una brújula es la de dotar de un punto a partir del cual medir el mundo para orientarse en él, no la de marcar un camino recto a seguir. Bien lo sabía Vico: la vida no sucede en línea recta.
Baden Powell nos nombró “scouts”, y como tales debemos ser exploradores expertos en orientarnos. Si un explorador, según palabras del fundador, es aquel que anda por caminos difíciles y desconocidos, entonces resulta prudente tener una herramienta que nos muestre el ideal a partir del cual medir y valorar nuestro mundo, para poder tomar nuestras decisiones y enfrentar exitosamente la desconocida aventura que es la vida.
Como ya vimos, la Flor de Lis contiene representada toda la filosofía del movimiento. Si la usamos como “brújula personal” sabremos encontrar el camino adecuado a lo que deseamos, y corregir el rumbo cuando nos equivoquemos en nuestro andar por la vida. En conclusión, es una lástima que la vida moderna incite a la banalización del contenido simbólico y a la pobreza interpretativa del mundo. Vivir sin ver más allá de lo claramente manifestado es perderse de una maravillosa experiencia de vida.
Por favor, no hagamos del movimiento un club o una empresa, conservemos la riqueza de su marco ideológico y su mística.
LO AQUÍ ESCRITO NO REFLEJA NI EXPRESA NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE LA ASOCIACIÓN DE SCOUTS DE MÉXICO A.C.
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8 respuestas a “La Flor de Lis Scout”
lo triste es que ay muchos “scouts” que no comprenden nada y causan mala imagen del movimiento, ojala mas se preguntaran sobre el porque de las cosas..
Me encontré en la red un fragmento que creo va en consonancia de loq ue dices:
La Promesa es como llevar una linterna en una excursión nocturna. El paisaje no cambia al ser iluminado, ni disminuye el cansancio de la marcha, pero el que tiene la linterna ve mejor cómo es la espesura y camina con un poco más de seguridad.
El peso de la linterna le puede exasperar a veces, o las sombras producidas hacerle imaginar feroces fantasmas, pero gracias a la linterna será¡ más difícil que tropiece y caiga, y se sentirá¡ satisfecho de poder prestar ayuda a los demás.â€
Ser scout es una experiencia fantástica que me encanta y quisiera un día compartir con mis hijos. Aún hoy trato de recordar las enseñanzas escultistas… ¿se imaginan qué pasaría si todos hiciéramos una buena accion cada día?.
[…] La Flor de Lis Scout (1, 786 lectores) […]
Soy scout “novato” y me interesa rescatar la mistica del escultismo;
buscando el significado de la flor de lis (notese la “s”). Ésta ha sido la mas completa y satisfactoria que he encontrado, aunque ha pasado tiempo desde tu publicación te aseguro que esta más que a tono con los tiempos actuales y es que para eso fué formulada por Baden Powell, gracias por tu post.
Muchas gracias por leerme, me agrada que te gustara el texto. 🙂
excelente texto da para el debate interesante algunas cositas pero todo muy muy interesante!!
[…] Fuentes: Wikipedia Dibujo Heráldico Con la cicuta en el bolsillo […]