Abierto en el segundo semestre de 2006, y producto de una curiosa historia de política universitaria, podemos encontrar en el estacionamiento que da al anexo de ingeniería (frente al CELE) el comedor Cibarium, que durante su inauguración presumía ser vanguardia en sistemas de iluminación; aunque sinceramente hoy ya no tiene nada de novedoso.
El lugar cuenta con dos áreas de servicio: una completamente techada y con mobiliario ergonómico, y otra parcialmente al aire libre con mesas de cemento y azulejo. En el área techada se atienden a los clientes que piden a la carta, y en la zona exterior a los comensales de comida corrida. Sin embargo, si la demanda es muy alta, el personal se muestra flexible con respecto a las áreas de consumo designadas.
Visité el lugar un día martes a las 14:30hrs. y la asistencia de clientes era numerosa pero no excesiva. El costo del menú es de $28.00 por lo cual resulta competitivo y solidario con la economía universitaria.
Como la zona destinada a la comida corrida es pequeña, al llegar conviene apartar un lugar antes de ir a pagar ya que el servicio en caja, al menos en esta ocasión, no es muy rápido. Después de pagar se debe dirigir al exterior y entregar el ticket de pago en la barra para poder elegir los alimentos a consumir.
El menú disponible el día de mi visita consistía en sopa de fideo o consomé, seguido de carne molida o carne al pastor con un vaso de agua de maquina sabor horchata (aprox. 250ml).
El sabor de la sopa era ligeramente salado, pero la verdad es que yo casi no consumo sal, así que a muchas personas podría parecer adecuado. La carne al pastor tenía un sabor suficientemente bueno y el agua de maquina -de la que no soy fan- estaba bien preparada así que casi no me molestó consumirla, pero igual preferiría agua natural aunque es cosa difícil de encontrar en Ciudad Universitaria.
El servicio en la barra fue muy amable y bastante veloz. Las mesas de cemento son para cuatro personas, y como hay bastante afluencia es de esperar que tengas que compartir mesa. Dependiendo de vuestro carácter esto puede resultar incómodo o no, al final es una oportunidad de entablar conversación y conocer nuevas personas, así que lo considero como un punto a favor. Lo que no me gustó fue que las mesas sólo están protegidas por unas cuantas lonas que no cumplen bien su misión. En algunos sitios permiten pasar rayos de sol, que a medio día resultan bastantes molestos. En temporada de lluvia el problema seguramente es más grave.
En resumen, si bien el Cibarium no es el lugar más cómodo o con mejor sazón, definitivamente es una buena opción para comer ya que el precio es bastante accesible y tanto sabor como instalaciones están acorde con él.
SobrevivirEnCU: Durante un par de semestres mis actividades académicas me obligaron a visitar casi todos los lugares para comer en ciudad universitaria. Aprovechando esta experiencia, me propongo reseñar las opciones de alimentación que tienen los estudiantes de la UNAM. Ojalá sea de utilidad para los recién iniciados en el mundo universitario. Cabe aclarar que cada quién habla de la feria según como le va en ella, así que no os sorprenda si vuestra experiencia al visitar al lugar es distinta a la mía, que al fin y al cabo esto es sólo una opinión subjetiva y muy personal.