Por su terrible posición geográfica, es poco probable que el universitario promedio tenga la necesidad, o el deseo de comer en al Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Sin embargo, si sucede que estás conociendo la zona cultural, o participando en algún seminario de los institutos de investigación y llega la hora de comer, la FCPyS es una opción cercana y (más o menos) barata para comer.
En los patios de la Facultad está instalado prácticamente todo un mercado ambulante (una vergüenza para la UNAM), en el que se puede encontrar desde galletas hasta vestidos; en realidad poco falta para tener el puesto de pollo y pescado. Si bien se puede consumir alimentos en los puestos, hacerlo sería contribuir al prejuicio de la comunidad académica, y probablemente también a engordar los bolsillos de algún funcionario. Por ese motivo, y porque en este blog apreciamos la civilidad, sólo reseñaré los únicos dos sitios plenamente apegados a la legalidad: la cafetería de ‘Polakas’ (debajo de la biblioteca) y el kiosko de ‘juanita’ (detrás del edificio A).
Cafetería de Polakas
El lugar ha pasado por diversas administraciones, algunas de las cuales no tenían sentido alguno respecto de la economía universitaria. Afortunadamente la actual administración es bastante más consciente de su clientela, y los precios ya se acercan al promedio de Ciudad Universitaria.
Aunque las gruesas paredes evitan cualquier comunicación mediante telefonía móvil, el lugar tiene cobertura WiFi y una barra con contactos expresamente colocada para trabajar con la laptop. Hay buena iluminación, suficientes mesas y un curioso decorado que nos recuerda al Sistema de Transporte Colectivo Metro. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante idea?
Visité la cafetería de Polakas un día jueves a eso de las 13:30hrs. y no había casi nada de gente. El menú del día costaba $34.00 pesos, e incluía: Consomé o Sopa Azteca, Sopes o Pambazo acompañado por frijoles y arroz, Gelatina y Agua de jarabe sabor piña.
Si bien el trato del personal es muy amable, el consomé resultó decepcionante, literalmente se trataba de un plato con agua sabor pollo. Por otro lado, las posibilidades de ‘guisado’ no eran lo que uno esperaría de una comida corrida, y la idea de acompañar sopes de frijol con más frijol no resultó muy atractiva que digamos.
En general el sabor de los alimentos era suficiente y las raciones (excepto por el jugo de pollo) resultaron adecuadas. Pero si no fuera por la lejanía de otros lugares, y la comodidad del lugar, en realidad, esta cafetería no encabezaría mi lista de posibilidades alimenticias. Tal vez habría que dar una oportunidad al menú a la carta.
Kiosko de ‘juanita’
También conocido como el kiosko de ‘rei’. Es un local fijo que cuenta con varias certificaciones por la UNAM. Como opera en un área abierta, no es una buena opción los días de lluvia, pero en cuanto al sol, no te preocupes, ya que cuenta con la generosa sombra que los árboles brindan al lugar. La comida corrida cuesta $28.00 pesos y es lo más barato que encontraras en esa apartada región de Ciudad Universitaria (en lo que menú se refiere).
Visité el lugar a las 14:40hrs de un viernes y había pocos comensales. No hay muchas mesas pero la ‘fauna’ local (osea los estudiantes) son en general sociables así que no deberías tener problema si no alcanzas lugar. Al llegar debes pagar con ‘juanita’, que es la única chica que está fuera del local, ella te dará un ticket de puño y letra y con él pedirás tus alimentos. Puedes pedirlos todos de una vez, o conforme terminas un tiempo pasar al otro.
El menú el día de la visita consistía en arroz blanco, y pollo frito o enchiladas vegetarianas. Acompañado por un vaso de agua saborizada que, eso es un buen gesto, puedes rellenar cuantas veces quieras, y una gelatina de postre.
El sazón de los alimentos es suficiente. Se extraña una sopa o un consomé, pero se compensa con la cantidad ilimitada de servilletas y agua. Las enchiladas ‘vegetarianas’ eran de calabacitas y probablemente no quitasen el hambre a los estómagos de buen comer, pero la ración de arroz fue más que generosa.
En conclusión, dado que no hay muchas opciones, el kiosko de ‘juanita’ es una buena opción ocasional. Pero comer diario allí terminaría resultándote aburrido.
* Cabe aclarar que cada quién habla de la feria según como le va en ella, así que no os sorprenda si vuestra experiencia al visitar al lugar es distinta a la mía, que al fin y al cabo, esto es sólo una opinión subjetiva y muy personal.
Una respuesta a “Comer en la Facultad de Ciencias Políticas”
Qué hay de la cafetería de Faus?