Hace un año, en el artículo: Scouts y acoso: una breve crónica, compartí algunos de los sucesos que ocurrieron en el movimiento Scout mexicano con motivo de la lucha feminista que está transformando al país. Este texto es una actualización de aquella narración.
I. Peligro de explosiones
Cuando se acumula basura en un rincón sin asumir la responsabilidad de tratarla, separarla y eliminarla adecuadamente se producen explosiones. En la naturaleza se debe a la acumulación de gas metano generado por la descomposición orgánica, pero en las comunidades humanas ocurre cuando los liderazgos prefieren ocultar su podredumbre antes que enfrentarla. Así le pasó a la Boy Scouts of America (que tuvo que declararse en bancarrota por el peso de las demandas) y al Movimiento Scout Australiano (que tuvo que pedir disculpas públicas e indemnizar a cientos de víctimas de abuso sexual). Ahora, en México, las miserias son tantas que desde abajo del tapete empieza a emanar la pestilencia de lo que ahí han ocultado.
Durante los últimos días, al menos una centena de mujeres ha denunciado en redes sociales comportamientos indebidos y acoso sexual dentro de la Asociación de Scouts de México A.C. (ASMAC) mediante la dinámica conocida como “Tendedero Virtual Scout”. Sus denuncias se suman a las que se realizaron bajo el #MeTooScout el año pasado.
La novedad es que en algunas de ellas incluso se acusa de comportamientos indebidos a dirigentes en activo de nivel nacional y se adicionan nuevas querellas de acoso en contra del tristemente célebre Daniel N., de quien ya he hablado en este espacio.
Si bien, hay quien critica desde la indolencia este tipo de dinámicas por su anonimato, es lógico que en un país en el que, al menos, el 60% de las mujeres han sufrido de violencia sexual y en el que las denuncias formales apenas llegan a juicio en el 3% de los casos, estos ejercicios han resultado fundamentales para obligar a las personas responsables a afrontar el problema.
Y es que como bien dice la sabiduría popular: “Si el río suena, es porque lleva agua”. Aún aceptando la posibilidad de que algunas de esas denuncias sean calumnias, lo verdaderamente indignante es la obviedad de que muchas deben ser verdad, pues tal es la descomposición de nuestra sociedad y tal es la magnitud del desafío para el Movimiento Scout, porque por los valores que profesamos, deberíamos ser un ejemplo para seguir y no el triste reflejo del machismo estructural que impregna todas las áreas de la población mexicana.
Después del escándalo de hace un año, en noviembre la ASMAC reveló los lineamientos y políticas que implementaría para atender las demandas. Estas medidas están acordes al programa de la Organización Mundial del Movimiento Scout (OMMS): “Safe Form Harm”; una iniciativa que desde el sur global y España ha recibido críticas por su desconexión con las realidades violentas locales y por la superficialidad en el abordaje de los muchos temas que trata de abarcar simultáneamente.
De esta forma, en el Escultismo mexicano las acciones emprendidas en respuesta a las demandas feministas han sido tibias, basadas en prejuicios heteronormativos y patriarcales, y en general, reducidas al mismo nivel que las de protección civil. De hecho, la misma área que difunde información sobre riesgos volcánicos (Comunicado ASMAC/DNGDI/CNAR/20.001) o sobre el COVID-19 (ASMAC/DNGDI/CNAR/20.006) es la encargada de prevenir la violencia sexual y de género.
Desde luego, no puedo dudar del compromiso del paramédico Anchondo del villar encargado de esta misión inadecuada para su profesión, pero es visible el escaso interés que han tenido sus jefes para afrontar el problema desde su verdadera naturaleza: la de género.
En los grupos y en las secciones hay cientos de personas comprometidas con los valores del Movimiento y con la integridad de sus integrantes, ese espíritu es el que mantiene la vitalidad de esta organización que, pese a todo, sigue inspirando vidas. Sin embargo, lejos de las bases, a distancia de la vida cotidiana del Scout, en la Oficina Nacional hay escaso entendimiento del problema e indolencia para afrontarlo pues se le asume como un mero asunto de opinión pública y no como lo que es: una crisis estructural.
Al respecto, la lectura de la Política Nacional de Seguridad y Protección Juvenil 2018 y el Código de Conducta 2019 deja un sabor amargo porque es evidencia la desconexión con el problema, e incluso da muestra de una posible posición política antagónica que han venido tomado las autoridades de la ASMAC respecto a las demandas feministas.
Me explico: por un lado, el Código es prácticamente una mera traducción de su homólogo contenido en la Youth Protection Guidelines for Adult Leaders and Parents establecida por la BSA a mediados de los años 90s; misma que no evitó las 1,423 agresiones sexuales registradas desde 1995 dentro de la organización Scout estadounidense.
Por otra parte, en la Política Nacional sólo se menciona en una ocasión la palabra “género” y es en la frase: “falta de equilibrio de género”. A nadie se le escapa que los grupos más retrógradas del planeta utilizan la palabra “equilibrio” como eufemismo para tratar de desactivar la búsqueda de la igualdad de género. Sucede que “equilibrio”, según el propio diccionario, se refiere a la inmovilidad de un sistema, e inmóvil puede estar una balanza aún con todo su peso cargado hacia a un lado.
En cambio, la igualdad es un concepto político teóricamente articulado por decenas de movimientos a lo largo de todo el planeta durante los últimos cuatro siglos, por lo que me parece me preocupante que en la ASMAC se evite nombrarla. Quizá su ausencia sólo sea producto del profundo desconocimiento, pero quizá también sea evidencia del arraigado ostracismo en la Oficina Nacional Scout.
II. Palabras de oropel
El 8 de marzo de 2020, las mujeres latinoamericanas marcaron la historia convocando las protestas más amplias jamás vistas. Además, un día después nuestras compatriotas dieron muestra de su enorme capacidad política ejecutando un paro laboral (#UnDíaSinNosotras) que convocó a 22 millones de participantes y tuvo un impacto aproximado de $37 mil millones de pesos.
En el marco de estas manifestaciones, diversas empresas y organizaciones se apresuraron a expresar su solidaridad y “compromiso” con la causa. La ASMAC no fue la excepción y mediante el comunicado ASMAC/PSN/JSN/20.002 Pedro Diaz y Francisco Macías, Jefe y Presidente Scout Nacional respectivamente, abundaron en palabras para asegurar su “total e incondicional apoyo” al movimiento.
Sin embargo, ese mismo día la Oficina Nacional compartió mensajes quizá bien intencionados, pero absurdos. Rescato a manera de ejemplo una imagen sobrecargada en rosa con la foto de una niña y la frase: “Soy humilde y bondadosa”.
Comunicación que no sorprende, ya que concuerda con la infamia compartida en 2018, en la que se podía leer: “Hay sólo 3 cosas que debes hacer con una mujer: Debes amarla, sufrir por ella y convertirla en Scout”. ¡En verdad, no entienden que no entienden!
Si bien, la ignorancia no es pecado, me consta que desde hace años diversas voces (entre las que me incluyo) hemos intentado acercar a la Oficina Nacional información y especialistas que le orienten y le ayuden a subsanar sus incapacidades, obteniendo siempre una respuesta políticamente correcta pero absolutamente inutil, porque en la práctica los liderazgos nacionales son reacios a recoger la basura del movimiento.
Por ejemplo, durante la segunda quincena de febrero de este año, algunas personas expresaron públicamente que desde las presidencias de provincia se solicitaba a la membrecía no compartir en redes sociales la noticia de la bancarrota de la Boy Scouts of America (BSA). Así mismo, el Jefe Scout instruyó que cualquier acercamiento de los medios de comunicación fuese remitido a Laura Pastén, Coordinadora de Medios. Esta diligencia para atender la coyuntura de la BSA contrasta con el silencio que tanto Pedro Díaz Maya como el Consejo Nacional y la Corte Nacional de Honor han guardado ante las denuncias explícitas hechas en el tendedero virtual.
III. Gestión de crisis no es solución de crisis
Ante la apatía de la Oficina Nacional frente a las denuncias de este año, jóvenes de todo el país estaban convocando a realizar un tendedero físico y una protesta el día de hoy, 14 de marzo de 2020, durante los Foros Nacionales. Sin embargo, ayer la OMMS solicitó a las organizaciones nacionales suspender todas las actividades hasta que disminuya la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19.
Evidentemente, la medida es oportuna ya que auxilia a reducir el número de contagios. No obstante, a nadie se le escapa el alivio expresado por el Jefe Scout Nacional en un audio de whatsapp que se compartió en redes sociales. En él audio Pedro anuncia a las Presidencias de Provincia la suspensión de los Foros y, en un momento dado, utiliza un fraseo que parece referir a un problema mucho más amplio y más complicado a nivel personal que el COVID-19:
“[…] No ha sido nada fácil, no ha sido nada absolutamente fácil. Ha sido una época y un periodo de cuestiones nocivas que han estado sucediendo y que creo que tenemos que levantar la frente.. gritar soy scout… y… sobre todo ser responsables… Les agradezco las muestras de apoyo que he tenido en este grupo. Les agradezco infinitamente el respaldo y… creánme que estoy con ustedes. […]”
Sin duda, la emergencia de salud le regaló a la Oficina tiempo para tratar de gestionar el descontento social acumulado y no han desperdiciado esta oportunidad. Su movimiento más reciente fue publicar en Facebook, a la 1 de la mañana del viernes previo a los foros, el nuevo programa “CONECTA“.
Según la propia descripción del programa, éste tiene el objetivo de ser una herramienta de comunicación para atender quejas o denuncias que se deriven de “cualquier comportamiento indeseado en cualquier ámbito relacionado con las actividades de la institución, así como cualquier conducta hostil basada en el género, independientemente de que la persona que cometa el acoso y la persona que lo sufra, sean del mismo sexo o del sexo opuesto.”
Afortunadamente, en la página descriptiva del programa, por primera vez utilizan un lenguaje más adecuado y otorgan una lista específica de lo que la ASMAC considera Hostigamiento o Acoso Sexual.
Es de notar que prácticamente todas las denuncias del #MeTooScout y del Tendedero Virtual Scout se refieren a los comportamientos ahora explícitamente sancionados por la ASMAC.
Desde luego, la idea de CONECTA es un avance en la dirección correcta, pero peca de reduccionista y presenta evidentes fallas en su diseño.
CONECTA es reduccionista porque no reconoce la realidad estructural del problema y trata de atajarlo individualizándolo, burocrátizandolo y manteniéndolo estrictamente en el ámbito legal. Quizá CONECTA, bien hecho, pueda ser un elemento entre muchos otros que la organización debería estar articulando para atender la crisis de forma correcta, pero por ahora no creo que aporte en nada a la solución de la crisis.
Por la información proporcionada en el sitio web, es claro que el diseño de CONECTA se hizo de manera defectuosa. Tanto en la comunicación como en los procesos y las garantías para las personas presenta fallas tan visibles que su existencia me parece señal de la premura con la que se hizo.
Comunicación insensible:
Antes de siquiera ver el formulario de denuncia, en la primera frase del apartado “¿Cómo denuncio?“, las personas son expuestas a una advertencia sobre el “daño moral” que podrían causar al acusado. En ese sólo acto tiran por tierra la supuesta solidaridad con las víctimas y les cargan el prejuicio de mentirosas.
Además, ¿cómo es que una persona denunciante, no experta en derecho, que se acerca al mecanismo especializado para pedir ayuda con lo que considera que es un delito podría “difamar” a alguien? ¿No se supone que si la denuncia no procede sencillamente se comunica por qué no y ya?
Según lo expresado en CONECTA, un “Comité verificador” revisará si las denuncias son procedentes y determinará las sanciones correspondientes. Sin embargo, según lo expresado por la advertencia, parece que de una forma no explicada utilizar el programa CONECTA podría ocasionar el delito de difamación; ¡es justo lo que un menor de edad quiere leer cuando se armó de valor para denunciar un posible delito! (ALERTA DE SARCASMO).
Procesos superficiales y ambiguos:
Después de asumir el riesgo de que una denuncia aparentemente confidencial pueda derivar en daño moral (delito sancionado por la ley mexicana), la persona denunciante tendrá que llenar un formulario en el que entregará sus datos personales, la descripción de la denuncia, “pruebas y testigos” y esperar los correos electrónicos que le enviará la Dirección Nacional de Gestión Institucional (actualmente a cargo de Carlos Ricardo Ramírez Venegas) en cuanto un “Comité verificador” cuya integración y reglas de operación no se especifican determine lo conducente.
¿Ese Comité es la Corte Nacional de Honor o de dónde proviene la legalidad de su existencia si no existe en los ordenamientos? ¿Cómo se puede asegurar la idoneidad de su integración? En un Comité de esta naturaleza la credibilidad y legitimidad son claves, no entiendo porque no mencionan nada al respecto del mismo.
Peor aún, en ningún momento hay ofrecimiento de acompañamiento ni de asistencia para la denuncia. Tampoco hay atención personal con cuidado a la dimensión psicoemocional del acto de denunciar un posible delito sexual exclusivamente mediante comunicaciones electrónicas. Ni siquiera hay garantía de la personalidad jurídica que levanta la denuncia vía web. Dicen que les preocupan tanto las víctimas y como los victimarios, pero a penas se toma medida alguna para garantizar su bienestar.
Así mismo, CONECTA también falla al presentarse como la herramienta adecuada para realizar demandas, mientras que simultáneamente advierte que “deberás denunciar ante los órganos correspondientes: • Consejo de Grupo. • Consejo Ejecutivo de Provincia. • Dirección Nacional de Gestión Institucional“. De forma que no es claro si una víctima debe acudir a estos órganos además de denunciar vía CONECTA.
Y, ¡gran horror!, en ningún momento se menciona siquiera la existencia de los protocolos y reglas que estos “órganos correspondientes” deberán satisfacer si reciben una denuncia para garantizar la no revictimización y el debido proceso. ¿Se imaginan a los Presidentes de Provincia que ahora son acusados de acoso, recibiendo y procesando denuncias?
Tal parece que durante el diseño de CONECTA se priorizó la velocidad para tener algo, lo que sea, que presentar ante la protestas que tendrían lugar en los Foros Nacionales, antes que en desarrollar una solución real a la crisis.
Ausencia de garantías mínimas para las personas:
Finalmente, en la página de CONECTA se afirma que “Toda información proporcionada será tratada bajo las Políticas de Privacidad y Protección de Datos Personales” que se usa de forma general en la ASMAC. Mismas políticas que a la fecha de redactar este texto contienen una muy peligrosa cláusula que afirma:
“Al proporcionar tus Datos Personales y Sensibles […] aceptas y autorizas a la ASMAC a utilizar y tratar de forma automatizada tus datos personales y sensibles suministrados, […] para enviarlos y/o transferirlos a terceros, dentro y fuera del territorio nacional […] nos facultas expresamente a transferirlos a autoridades de cualquier nivel (Federales, Estatales, Municipales), organismos públicos y privados, diversas empresas y/o personas físicas, dentro y fuera de México[…]”
¿Quién fue el genio del derecho que considero buena idea asegurar la capacidad de la ASMAC para transferir el contenido de denuncias tan privadas a privados y empresas diversas? ¿Es malevolencia o ineptitud? ¿En verdad era muy difícil hacer una Política de Privacidad específica para este tema? Quizá aquí se responde cómo una denuncia aparentemente confidencial presentada ante una Asociación Civil puede derivar en difamación o daño moral.*
IV. Al tiempo
Al basurero municipal de Chimalhuacán, por ejemplo, le tomó siete años de acumular porquería para generar una explosión que causó destrozos a 400 viviendas. Por su cuenta, la explosión en el vertedero de la BSA tardó en llegar casi cuatro décadas y 12 mil víctimas. ¿Cuánto tiempo más se puede dejar de atender con firmeza la podredumbre en la ASMAC?
En los últimos tres años hemos visto cómo la presión de la membrecía ha obligado, en diversos momentos, a que la Oficina Nacional emprenda acciones para tratar de contener las crisis, pero al hacerlo siempre de forma reactiva y exclusivamente desde su propia ignorancia y conservadurismo no ha logrado atinar soluciones. Desde la expulsión exprés de Gibrán, hasta el flamante programa CONECTA, las respuestas de la ASMAC sólo han estado franqueando los problemas y al cabo del tiempo éstos vuelven con más fuerza.
Mi recomendación sobre cómo proceder se resume en tres pasos:
- Primero, reconocer que el problema les sobrepasa y voltear a ver a España. Allá entendieron pronto la dimensión histórica del movimiento feminista y como ninguna otra organización Scout nacional están marcando la pauta del camino a seguir.
- Segundo, el Consejo Nacional Scout debe asumir su responsabilidad. Es claro que por si mismo el equipo actual de la Oficina Nacional no entiende que no entiende. Ya es tiempo que el Consejo haga valer sus facultades y dirija a las y los empleados de la Asociación en la ruta adecuada.
- Finalmente, toda aquella persona que no alcance a entender que sin feminismo no hay Escultismo, debería presentar dignamente su renuncia al movimiento ahora que puede y no hasta la fuerza del tiempo le coloque en el basurero de la historia.
*Un respaldo del contenido de la página web de CONECTA y del Aviso de Privacidad que se consultaron durante la redacción de este artículo está disponible en: https://archive.org/details/20200314avisoprivacidadasmaccopia
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