Jornada Electoral PEEPJF 24-25

Jornada Electoral PEEPJF 24-25

Intervención que realicé en la Sesión del Consejo Distrital 03 en el Ciudad de México el 1 de junio de 2025, en el marco de la jornada electoral del Proceso Electoral Extraordinario del Poder Judicial de la Federación 2024-2025:

Estamos por celebrar una elección sin precedentes en todo el planeta. No hay país que haya intentado algo semejante a lo que estamos haciendo. Algunos pocos eligen a jueces locales. Otros muy pocos a miembros del Tribunal Constitucional, pero ninguno, absolutamente ninguno, ha dado a las urnas la integración entera de todos sus tribunales.

Es un proceso que contradice la historia de la filosofía política de occidente. Que enfrenta directamente la idea de la división de poderes y que cuestiona el papel del poder judicial como tercero intermediario, tanto para la resolución de conflictos de corte constitucional, como para la mediación entre particulares. Es pues, una elevada apuesta por actualizar el paradigma de lo que entendemos como República, desde la revolución francesa de 1789.

Desde luego, no existe institución humana que sea eterna. El mundo ha cambiado y conviene siempre evaluar nuestras doctrinas. ¡Bienvenida sea la búsqueda de nuevos diseños constitucionales!

Lamentablemente, la super mayoría legislativa que ha permitido avanzar una transformación institucional tan radical, lo hizo con una ligereza que raya en la frivolidad. No se detuvo a pensar cómo era la mejor forma de hacerlo. Ni dio presupuesto ni procesos óptimos para su realización. Esa será su deuda con la historia: la improvisación.

Primero, para consolidar las interminables listas de candidaturas que hoy contienden. Luego, para remediar todas las omisiones y contradicciones de un marco legal aprobado tan atropelladamente.

Un embarazo habitualmente toma 40 semanas en desarrollarse. La reforma constitucional que nos convocó a esta jornada electoral obligó un plazo de apenas 37 semanas. No olvidemos que, en septiembre pasado, se aprobó esta reforma tan profunda. Nunca un cambio electoral había sido puesto en marcha con tanta premura.

Mi más profundo reconocimiento al personal del Instituto Nacional Electoral. El sudor y las lágrimas que han puesto en este proceso han evitado que la institución se desfonde ante el peso de la irresponsabilidad ajena. Han mostrado una madurez política que debe documentarse y debe reconocerse, pues han asumido el desafío con total seriedad y profesionalismo.

El país puede y debe cambiar, pero debe hacerse con responsabilidad. Ustedes han probado que tienen el talento y la convicción para acompañar los procesos de transformación que la nación demande. Gracias por eso.

El INE ha cumplido: en este momento las casillas se están instalando y cada ciudadana y ciudadano tiene garantizada su posibilidad de participar en este llamado histórico. Sin embargo, el desafío aún no ha sido superado. Ahora la pelota está en la cancha de la población.

Mucho se ha discutido sobre votar o no votar. Sobre si llevar o no los polémicos “acordeones”. Literalmente, acordeones como los que hacen a escondidas los niños y los adolescentes en las escuelas cuando aún no aprenden a confiar en sus capacidades. Son papelitos entregados desde el anonimato que violan la ley electoral y que delatan la visión política de quienes los reparten. Una añoranza de una población sin capacidad de decisión. No ciudadanía, sino súbditos.

En ese sentido, esta votación es también un llamado a demostrar la madurez democrática que la ciudadanía mexicana hemos logrado tras 25 años de haber superado el modelo premoderno de la “dictadura perfecta” con el partido hegemónico.

Esta votación es un llamado a defender el proyecto civilizatorio y a decidir, no desde la comodidad, sino desde la responsabilidad de quien reflexiona sobre su actuar político y su impacto en el futuro del país, porque vendrán más cambios institucionales y serán bienvenidos.

Deliberemos esos cambios desde la certeza, con fundamento en la evidencia y renunciando a discursos maniqueos, pues la democracia puede tener muchas formas y diseños, pero siempre que se respete su pilar fundamental: Reconocer a la población la capacidad efectiva de decidir su propio destino en libertad.

Hoy, lo más importante no está tanto en la decisión que terminemos tomando sobre si ir o no a la urna, sino en cómo lo hacemos. Pues recordemos que siempre hay un día después de las elecciones y que, sin importar el resultado, el proyecto de nación seguirá dependiendo de todas y todos.

Vivamos esta jornada desde la convicción de que las y los mexicanos somos una comunidad, con diferencias de opinión, pero con un interés común: las siguientes generaciones.

Es cuánto.