Comunicado de madrugada anunciando cierre de instalaciones.
A las 5h la comunidad recibimos un correo institucional carente de firma en el que se comunicó que el acceso a ambas sedes estaría cerrado por motivo de la movilización estudiantil convocada. Ello, a pesar de que el día previo la dirección interina prometió respetar y permitir la manifestación.
Imposición de Romero como Director General del CIDE.
Mientras la comunidad estudiantil se manifestaba a las afueras de las sedes del CIDE, en Conacyt Elena Álvarez-Buylla y Alejandro Díaz, conducían una sesión a puertas cerradas en la que impusieron a Romero como director.
No presentaron video, audio ni actas u otra evidencia de lo ocurrido durante la sesión. Como se puede leer más adelante, fue hasta transcurridas impugnaciones en el Instituto Nacional de Acceso a la Información y juicios administrativos que Conacyt presentó un documento carente de firmas y sin sellos notariales con el que supuestamente valida el nombramiento de Romero.
Tras la imposición del Romero, se realizó una votación de ratificación del llamado a paro decidiendo recuperar las instalaciones cerradas por la administración espuria. Por su cuenta, el claustro académico resolvió no aceptar ninguna designación en puestos directivos hasta que se estableciera una mesa de diálogo con las autoridades.
En medio siglo de historia, el CIDE no había sufrido una crisis institucional de esta magnitud.
Inicia el acoso a estudiantes y simpatizantes del movimiento
Óscar García y Rodrigo Alipha, asistentes personales de Romero (aunque formalmente contratados por él como profesores, apesar de que no imparten clases) estuvieron tomando fotografías de todas las personas asistentes sin su consentimiento. Cuando se les confrontó, primero afirmaron ser “trabajadores de Conacyt”, pero al ser reconocidos aceptaron estar ahí por instrucciones de Romero para “observar la protesta sin intervenir”. En todo momento, la comunidad respetó su integridad y se les invitó a retirarse del lugar.